miércoles, 27 de julio de 2016

Fe y Razón

Me hallaba ayer en Ventas, pensado pero qué pasa aqui, hasta que relacioné conceptos y llegué a la conclusión de que la feria de San Isidro y las fiestas de San Isidro habrían de coincidir necesariamente en el tiempo.

Una esforzada antropóloga como yo no tuvo más remedio que ir a echar un ojo, apuntando mentalmente observaciones sobre las conductas sociales en los toros: la reventa, los marichalares, el mundo viejuno....Total, que como no vi nada que me pareciese excesivamente interesante -tal vez por el hecho de que vivamos en un estado policial, lo cual tiende a coartar las conductas delictivas (y ahora que los municipales quieren tasers, que son unos caprichosos, se va a poner la cosa como para discutirles una multa)-  cogí la Razón, que la estaban repartiendo en la puertay me di por satisfecha.

De camino a casa, iba hojeando la Razón en el metro, leyendo a fondo esa maravillosa sección: Fe y Razón, donde pude disfrutar de un soberbio reportaje sobre la visita de Benedicto XVI a Portugal. Por si no lo sabían, ayer era 13 de mayo. En esa misma fecha, la virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría, un desequilibrado disparaba a Juan Pablo segundo y yo me caía de un puente, con resultado de escayola. Coincidencia? No lo creo.

En fin, qcuando finalmente llego a casa con la intención de hacer visible que leo la Razón mientras saludo cortesmente a los vecinos, está sonando "mi gran noche". En efecto, ésa misma tarde, a las 20:00, Raphael sería pregonero de las fiestas de las Vistillas. Y allí nos dirigimos...y ni que decir tiene que no llegué al pregón, que duró 5 minutos y que no se cantó de nada.

Con un poco de decepción, tuvimos irnos al bar, y cuando llamé para saber dónde estaba la gente, alguien me hace una inquitante pregunta, a saber, Tú eres Cospedal, verdad? Claro, soy secretaria general y número 2 del Partido Popular, tras el XVI congreso nacional. Vale, mi apellido comparte 7 de las 8 letras del de esta gran Dama, pero qué se yo, a mi me da repelús...

Total, después de algunas cañas y sin cenar, no recuerdo cómo llegamos a casa. Suponemos que en taxi, ya que no estabamos para heoricidades. El caso es que cuando me he despertado, los altavoces del ordenador estaban en el suelo. Será que decidí poner en práctica las instrucciones de www.jodealvecino.com? Espero que no, porque no se pueden hacer todas las maldades que se le pasan a uno por la cabeza, sólo algunas...

Desde ayer por la mañana se respiraba un ambiente raro, una especie de calma tensa, de ésas que preceden a la tormenta. No sabía qué era pero estaba convencida que no iba a ser un día cualquiera, porque yo soy una persona de Fe y Razón.

3 comentarios:

lebrun dijo...

Si usaras el Castro no te pasaría eso.

Pablo dijo...

esperamos con ansia tu obituario sobre el bueno de Gustavo

Research&destroy dijo...

¡Ya lo tienes don Pablo! Espero haber estado a la altura.