jueves, 3 de marzo de 2022
El espía que me achuchó
Decíamos en la entrada anterior que la falta de inspiración había venido acompañada de una serie de reflexiones. Y aunque la intención última, era ofrecer a nuestros queridos lectores las más sentidas y sinceras excusas-baratas por esta larga ausencia, no deja de ser cierto que subyace a nuestro silencio una suerte de inquietudes respecto al enfoque autobiográfico que en ocasiones ha tomado este medio.
No es nueva para nadie la sospecha de que estamos revelando demasiada información personal a través internet. Ya no se trata únicamente de que nos etiqueten en FB, en situaciones etílicamente vergonzantes. El tema va un poquito más allá.
Si amigos, la paranoia ha llegado a R&D.
Ayer recibía noticias de un conocido, que había sido amenazado por agentes del Mossad. Esta persona, vinculada a la causa palestina, fue abordada en un aeropuerto europeo, durante su escala hacia un país árabe donde pretendía establecerse de manera más o menos permanente.
El caso es que por un momento me encontré deliberando sobre si el contactar con esta persona llevaría a una servidora a convertirse en objetivo del Mossad. Ya ven que peliculón. Lo verdaderamente grave, lo que no puede permitirse, es que el miedo le lleve a uno a plantearse el mero hecho de estar en contacto con la gente a la que se aprecia; que esta suerte de represión silenciosa y autoinfringida que promulgan estos terroristas de estado les esté funcionando a la perfección.
Tras esta inaceptable muestra de debilidad, decidí que no me importaba ni un comino que el mossad se convierta en seguidor de este blog. Cuantas más visitas mejor, no?
Obviamente sería una absoluta pérdida de tiempo para la inteligiencia israelí y me descojono sólo de imaginarme a los agentes enfrascados en la lectura de R&D. En cualquier caso me encantaría que dejasen comentarios.
He de reconocer que no es la primera vez que pienso que pueda estar viligada por las autoridades, sobre todo teniendo en cuenta que una de las palabras más vigiladas por las instituciones de seguridad, a saber, "terrorismo" sale a colación en algunas ocasiones, a través de mails o conversaciones telefónicas. Por si hace falta matizar, tales alusiones nunca fueron en términos apologéticos de la violencia armada, sino contextos teóricos, especulativos, o si lo prefieren, simbólicos. Si, en el pasado no me he cortado un pelo a la hora de posicionarme ideológicamente, y desde luego, no lo voy a hacer ahora.
Es el fin de las imágenes idealizadas de los servicios de inteligencia. Por mi parte añadir que nunca más soñaré con tener licencia para matar con cuerda de piano, o con estar en posesión de un pintalabios envenenado. En efecto, debe ser muy muy aburrido ser un espía, dedicando su esteril existencia a entromenterte en las vidas ajenas, en una búsqueda de información, en aras de la seguridad internacional, el chantaje del bienestar y de esta feliz opresión que nos somete con tanta eficacia.
En ese sentido, no se me ocurre nada más pertinente que las palabras de Marcuse:
Por muy pacíficas que sean o vayan a ser nuestras manifestaciones, hemos de contar con que se les opone la violencia de las instituciones.
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5 comentarios:
Aquí Goldstein respondiendo a su petición de comentarios... encuentro el blog francamente interesante y de los últimos encargos que he tenido, excluyendo estar infiltrado en un harem, he de decir que éste es el más entretenido, por favor, siga publicando su tan incisivo e hilarante blog.
Shalom.
No puedo sino dar la bienvenida a estos invitados de excepción...pasen y vean
Acabo de caer en la cuenta, Mr. Goldstein...Infiltrado en un harém,dice? En calidad de eunuco?
No, con peluca y un vaporoso vestido de seda... por supuesto depilado entero y con la cejas perfiladas.
Tenga un gran book...
Una descrición fancamente evocadora, desde luego....
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