jueves, 20 de mayo de 2010

Madres. Conocimiento, lenguaje y realidad

El otro día, mi madre me volvió a sorprender con una de sus frases lapidarias que tanto me gustan y tan estupefacta me dejan.

Resulta que iba a venir a visitarme pero súbitamente se canceló el plan.

- Mañana tengo manifestación y tengo que planchar las pancartas - alegó la autora de mis días. Y claro, lo decía en serio - Es que están hechas un asco.

Hoy vamos dedicar nuestra atenta mirada a éstas mujeres que nos trajeron a este mundo, piélago de egoísmo; ésas expertas de la manipulación y el chantaje emocional, y es que tenemos que aprender tanto de ellas!



Había un anuncio que me encantaba; decía algo así: Aqui tenemos a mi madre dando su opinión sobre la liga actual: "ya estáis con el fútbol, otra vez con el fútbol, siempre con el fútbol"

Y es que una madre, puede hablar de todo. Por qué? La respuesta se presenta de manera inmediata y con un grado de evidencia supremo: si lo sabré yo, que soy tu madre!

Lo primero que llama la atención de una madre es su exquisito manejo del lenguaje. Para ellas el problema sentido-referencia no tiene ningún secreto. Me imagino a la madre de Frege diciéndole,
Pero hijo mío, qué tonterías tienes en la cabeza!



Y en ése sentido vamos a hacer una selección de las 10 mejores frases de madre, los clásicos, los grandes éxitos de una madre:

- Pero qué hay abierto a esas horas
- No sé, pregúntaselo a tu padre.
- Llévate una rebequita
- No me pises lo fregao
- Si es que no miras por dónde vas
- No gano para disgustos
- Recoge tu cuarto que parece una leonera
- ¡Nos vas a dar el día!
- Que lo vas a caer (localismo pucelano)
- ¡Ya lo pagarás en salud!


Para concluir, voy a aportar una de las frases más tipicas de la mía

Das más trabajo que un hijo tonto

P.d. Si lees esto, mamá, piensa que es literatura, no todo lo relatado por éste medio se corresponde fielmente con la realidad. Piensa que la creación es muy esclava y que, desde el punto de vista pragmático, la exposición de hechos se mezcla con la ficcionalidad, en aras de la voluntad de estilo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

La Comunidad

Es posible que mi edificio guarde un inquietante parecido con el de "la Comunidad", pero nunca llegué a suponer que, en este mundo viejuno en el que estamos inmersos, fuera de nosotros de quien se quejasen los vecinos.

Los de abajo dicen que arrastramos muebles (!) y, exceptuando aquellos dos días en los que uno de los habitantes se marchó y reorganizamos el espacio, asignando nuevos dominios a dos de los miembros de este hogar, tal cosa viene a ser una sucia patraña.

Pero pongamos que este edificio es lo suficientemente decrépito como para que el vecino sufra los ruidos diarios que hace una persona por el mero hecho de vivir... Lo único que se arrastra en esta casa son las sillas, pero claro, teniendo en cuenta que son de rueditas, fueron diseñadas para rodar...

Obviamente, la cosa no se queda ahi. Resulta que nuestros vecinos de abajo, a su vez tienen unos vecinos abajo bastante más primorosos. Se trata de unos jóvenes universitarios, 6 en concreto (4 de los cuales se llaman Javier (!), es decir, el camarote de los hermanos marx al completo, cuyo tono de voz natural excede al que cualquiera de nosotros utilizaríamos en el contexto de un cabreo momumental. Pues bien, y teniendo en cuenta que yo que vivo dos plantas por encima y hay días en que me vuelven loca semejantes voceras, en teoría, los que viven debajo deberían estar totalmente desquiciados...Éso sería lo lógico.

Pero en un contexto vecinal, la lógica no tiene cabida, o por lo menos no la lógica tradicional, sino la lógica del sucio dinero. Porque estos jóvenes bocalanes son los inquilinos del señor que se queja de nosotros.

La primera conclusión a la que se llega es que aparentemente, si no quieres que se quejen tus vecinos debes esteblecer una relación mercantil con ellos, preferiblemente en negro.

Baste esta pequeña anécdota para introducirnos en le tema que queremos tratar. Asesinato de vecinos, si o no?.

En fin, en la vida en sociedad, que incluye a la convivencia vecinal, nos toca tratar con gente que no nos gusta. Éso es un hecho social: acontece en tu comunidad, en el trabajo, en la sala de espera del dentista, en el metro (dónde gente muy desagradable se empeña en hacer públicas conversaciones telefónicas y llegas a pensar
ojalá te bajes en una estación en curva y se te caiga el iphone entre coche y andén
... En efecto, la misantropía se dispara y tienes que hacer uso de técnicas de meditación para no agredir in situ al personal.

Pero claro, parte del contrato social, que nadie hemos firmado pero que ahí está, implica un pacto de no agresión, y si tanto te cuesta vivir en sociedad, lo que impera es hacerte agro-anarquista e irte a vivir a un pueblo de 8 habitantes y aburrirte como una ostra, eso si, comiendo los tomates que has producido con tus propias manitas.

En fin, os dejo a continuación, una página creada por un sujeto que, con mucha mala leche y bastante ingenio, nos proporciona instrucciones para joder a los vecinos que se quejan de tus ruidos. En ella encontrarás todo tipo de sonidos, que podrás elegir en virtud del ruido que genere ése vecino, para que lo reproducas a todo volumen, haciéndole consciente de que él también molesta.

www.jodealvecino.com/instrucciones.htm